La semana pasada estuvimos viendo que una vez que el creyente es justificado comienza a caminar en dirección a Dios, a esto le llamamos el comienzo del proceso de santificación, vimos que este es el propósito principal de un creyente, el ser santos como Él es Santo. Es decir el ser conformados día a día a la imagen de Cristo. Veamos un versículo donde expresa de manera resumida el proceso de un Cristiano, veamos Romanos 8:29-30:

 

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

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En el V.29, podemos ver que habla acerca de la predestinación, y también acerca del propósito por el cual fuimos elegidos por Dios, para ser conforme a la imagen de su Hijo. Cuando dice que Jesús es el primogenitor de muchos hermanos, se refiere que él es el punto de referencia o el modelo que debemos seguir y las palabras "entre muchos hermanos" es importantísima, porque vemos que Dios no nos justificó para vivir vidas individuales, sino que nos hizo parte de una familia de creyentes, hace referencia a la familia de la fe, es decir la iglesia.

 

En el V.30 vemos el resumen de lo que les he venido hablando los últimos domingos: Dios nos predestino, entonces por esto nos llamó, cuando estabamos muertos en nuestros delitos y pecados, así como a Lázaro, esto es la referencia al nuevo nacimiento, donde vemos que Dios inicia el proceso de salvación del hombre, y una vez que nos hace nacer de nuevo, nos arrepentimos y depositamos nuestra fe en Jesús como nuestro Salvador, es ahí donde somos justificados y ahora somos puestos en un lugar de honor, ya tenemos un lugar en su presencia.

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Pero en lo que llegamos a nuestro hogar, Él trabajará en nuestra vida a través de su Palabra y por el Espíritu Santo para hacernos conforme a la imagen de su hijo, esto debe quedar claro en nosotros, este es el camino de la santificación.

 

Debemos entender que todo lo referente a nuestra fe, lo tenemos que ver a través de los lentes del Evangelio, y la santidad, al ser un asunto de gran importancia no es la excepción. Si tu ves la santidad sin el marco del evangelio, la veras de una manera religiosa, es decir la veras como un medio para sentirte aceptado por Dios y si las cosas van bien en tu vida espiritual te sentirás aceptado, de lo contrario te sentiras frustrado y desanimado. Si lo vez a través del lente del Evangelio podrás ver que ya fuiste aceptado por Cristo y que ahora puedes estar delante de Dios por la justicia de Cristo y por la santidad de Cristo, la perfección que tenías que haber vivido, fue vivida por Cristo y ese mérito se te fue imputado por gracia. Fíjate lo que dice 1 de Corintios 1:30:

 

Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

 

Todo lo que necesitabamos está en Cristo, estamos totalmente completos en Él, todo lo que necesitábamos, necesitamos y necesitaremos, está en Él.

 

Ahora la santificación se muda del enfoque religioso, "que es gravoso, que es difícil, que tengo que obedecer"es decir el tengo que, y se convierte en un deseo, en un anhelo, al saber que ahora que he sido libertado del pecado al nacer de nuevo ya puedo disfrutar de mi relación con Cristo y puedo comenzar a ser transformado para irme pareciendo más a Él. Ya soy aceptado, ahora en vez de huir me acerco más y más.

 

Miren lo que dice Romanos 6:19-22:

 

Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

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Antes de hablar de todo el texto, ire directamente al versículo 22 para reforzar lo que les decía anteriormente, acerca de lo deseable que debe ser la santificación para un creyente, Pablo menciona que la santificación es un beneficio que nos ha concedido Cristo al habernos liberados del pecado, o sea, no podemos buscar la santificación sin Cristo, la santificación ahora se convierte en un disfrute para el creyente, porque recuerden que la santificación tiene que ver con conocer a Dios, ¿Quién que comience a conocer a Dios no quedrá más de Él? Cuando le conocemos a través de la Palabra y somos transformados por ella disfrutaremos el ser cómo Él. Es por eso que el que no ha nacido de nuevo, no puede ver como deseable la santidad, porque al ser esclavo del pecado, atenta directamente con lo que más amán y no pueden ver que lo que tanto abrazan y a lo que se aferran no les darán ningún provecho, son copias menos que baratas del disfrute de Dios, Pablo dice que el fin de ellas es muerte. se están privando de la libertad y del disfrute de conocer a Dios a través de la santificación, cuyo fin es la vida eternal. Por eso ellos ven a los cristianos como unos mártires porque ya no les interesa lo mismo que ellos y dicen ¡Pobrecitos, no disfrutan la vida, todo les tienen prohibido! ¿No será que algunos cristianos han mostrado un concepto erróneo de la santidad porque la están buscando sin el enfoque del evangelio? ¿Cómo la muestras tu?

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Quiero hacerles una pregunta ¿Cómo es la voluntad de Dios según la escritura? ¿Recuerdan Romanos 12:2?

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No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

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La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, aquí también Pablo habla de la santificación, sin decirlo textualmente, al decirnos que no nos conformemos a este siglo sino que más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Sólo a través de la santificación (Siendo transformados día a día a la imagen de Cristo a través del conocimiento de Él por la Palabra y la obra del Espíritu Santo) vamos a aprender a conocer la voluntad de Dios para nosotros, vamos a poder disernir su voz. Una persona que no tiene como meta la santificación, tendra una visibilidad nublada de la voluntad de Dios.

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Regresando a cómo es la voluntad de Dios, vemos entonces que es buena, agradable y perfecta, entonces veamos lo que dice de la santificación en 1 de Tesalonisenses 4:3: pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;

 

La santificación es pues, la voluntad de Dios, es lo mejor que le puede pasar a un Cristiano, es bueno, es agradable y es perfecto, Dios lo quiere para cada uno de nosotros, que disfrutemos de conocerle y de ser cómo Él, que nuestra vida comience a ser cambiada de raíz.

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Hasta este momento hemos visto la santificación en su faceta personal, pero sin duda alguna el estar conociendo a Dios y al ser transformado por Él, da un fruto externo, esa libertad nos lleva a servir a otros, te lleva a externalizar tu relación con Dios, es lo que dice Pablo en Romanos 6:19

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Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

 

La semana que entra estaré hablando de como al buscar la santidad, cómo al ir conociendo a Dios a través de la Palabra, Él va mostrándonos cómo servir a otros, esto es importante que lo entendamos debido a que será un fuerte cimiento en la iglesia que estamos plantando, todo lo que hagamos como Iglesia será un fruto de una iglesia que busca la santidad, que tiene una fuerte relación con Dios. Todo lo que hagamos como Iglesia será las manos de lo que hay en el corazón y en el carácter del Dios que estaremos conociendo.

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