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Antes de comenzar a analizar las evidencias del nuevo nacimiento en la vida de un creyente, es necesario entender cuál es el papel de la Palabra en el nuevo nacimiento, si bien hemos aprendido que el nuevo nacimiento es una obra hecha por iniciativa de Dios a través del Espíritu Santo al resucitarnos espiritualmente para que podamos convertirnos (arrepentirnos de nuestros pecados y creer en Jesús para salvación), el papel de la Palabra en este proceso es fundamental. El Espíritu Santo usa la palabra de Dios en el proceso de la regeneración, la palabra es la causa del nuevo nacimiento ya que por ella conocemos el mensaje del Evangelio y nos trae convicción de pecado, la Palabra es la causa eficiente de la regeneración. Jesús, nos mandó a predicar el Evangelio (Mr. 16:15), el apóstol Pablo les dice a los romanos (Romanos 10:14), que cómo invocarán a aquel a quien no han oído, o cómo creerán en aquel de quien no han oído o cómo oirán sin haber quien les predique. Aquí podemos que la Palabra es el instrumento escogido de Dios para salvación de las personas.
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Pedro nos dice que somos «renacidos no de simiente corruptible sino incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre» (1 Pedro 1:23). Santiago dice: «Recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas» (Stgo1:21), y «Él, de su voluntad nos hizo nacer, por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas» (Stgo 1:18).
Les dejo unas citas del libro de “La oración” de Timothy Keller que hacen referencia de a la Palabra como parte fundamental del trato de Dios en la vida de las personas:
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“La manera en que podemos tener a Dios dinámicamente activo en nuestras vidas es a través de la Biblia”, “Debemos escuchar primero la Palabra, y después el Espíritu Santo obra en nuestros corazones; Él obra en los corazones de quienes Él quiera y como Él quiera, pero nunca sin la Palabra”.
Aquí podemos ver la relación entre la influencia del Espíritu Santo y la Palabra de Dios, en lo cual podemos concluir que la influencia del Espíritu es necesaria para que la Palabra se reciba adecuada y eficazmente para salvación, lo podemos ver específicamente en la escritura en el caso de Lidia en Hechos 16:14:
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Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
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Y una vez que se reciba adecuadamente para salvación, el Espíritu seguirá influenciando ahora para santificación pero nunca sin la Palabra. Está palabra debe ser un estandarte en nuestra vida “nunca sin la Palabra” (2 Corintios 2:12-15, Efesios 1:17-20).
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Con lo anterior nos queda más clara la influencia del Espíritu Santo y de la Palabra para el nuevo nacimiento y la santificación del cristiano.
Ahora veremos cuáles son las evidencias de que alguien ha nacido de nuevo, que como hemos aprendido no es suficiente con decir que mis padres son cristianos o yo voy a la iglesia entonces supongo que soy cristiano. Definitivamente el nuevo nacimiento es notorio, es decir, no es secreto, no es de “sólo Dios y yo”, gracias a nuestro Dios que Él hizo que en todo lo que ha creado se manifieste su condición, por ejemplo: Si alguien está enfermo, lo podemos notar con síntomas, que aunque la persona diga “En serio, estoy bien” pero vemos que trae temperatura alta, que no se puede sostener, lo vemos ojeroso y por la evidencia diagnosticamos que no está bien.
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Lo mismo es para el creyente. La escritura nos muestra nuestra condición como un espejo, nos santifica, nos muestra nuestra condición, nos desengaña. Actualmente hay muchos que “ocultan” su vida espiritual infructuosa o que no han nacido de nuevo con buenas escusas, pero ante la Palabra no nos podemos esconder. Es mi oración que el día de hoy el Espíritu Santo abra nuestros corazones como el Lidia y nos deje ver la verdadera condición espiritual de nuestras vidas y que podamos clamar hoy “crea en mi oh Dios un corazón limpio”. Muchos hermanos en todos los tiempos han escrito sobre este tema, pero daré las evidencias del nuevo nacimiento que son más comunes, el día de hoy hablaré de 6 de ellas, todas se encuentran en la epístola de 1 de Juan:
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El que ha nacido de nuevo no es un pecador habitual (1 Juan 3:9, 5:18):“El que ha nacido de Dios no peca” El que ha nacido de nuevo ya no puede seguir viviendo como antes, la disposición de su corazón ha sido revolucionada, ya no puede convivir con los ídolos que antes tenía, literalmente lo que antes amaba y le asombraba como fuente de satisfacción ahora pierde su brillo y comienza a amar todas las cosas relacionadas con el “Dios tedioso” del que tanto le hablaban. Su percepción del pecado es cambiada, ya no peca de forma voluntaria, ya no lo disfruta, ya no es su inclinación. Antes no pensaba en sus pecados, ni le causaba pena practicarlos, no había una lucha contra ellos. Pero el nacido de nuevo comienza a odiar el pecado, huye de él, lucha contra él, lo considera como una plaga, está consciente de su influencia en su vida, se goza en la gracia de Dios, no como permiso para pecar, sino que va a Dios como fuente de santificación y con la esperanza de que un día será verdaderamente libre de esta carga. Aunque todavía no hay una absoluta victoria sobre el pecado, porque no puede decir que no tiene pecado porque estaría mintiendo, pero sí puede decir que aborrece el pecado, que el mayor deseo de su corazón es ya no pecar, aunque reconoce que en ocasiones no puede prevenir los malos pensamientos y que en ocasiones no hace lo correcto, puede decir en la presencia de Dios que todas estas cosas le causan dolor y que se arrepiente de ellas. ¿Puedes decir esto de ti mismo? ¿Has nacido de nuevo?- El
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El que ha nacido de nuevo cree en Cristo (1 Juan 5:1): “El que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios” Aquel que ha nacido de nuevo cree en Cristo crucificado y resucitado como la fuente de su eterna salvación, es decir, que aparte de Él no hay otro que salve. La evidencia es que se ha arrepentido del pecado y ahora quiere vivir para la gloria de Dios. Hay un sentimiento de ser indigno, pero hay un fuerte confianza en Jesús y en que su obra fue suficiente y que por medio de su sacrificio, todos sus pecados han sido perdonados ante Dios. El nacido de nuevo ya no tiene miedo a la muerte, ni al juicio, cree con certeza que su deuda ha sido pagada. Esto no significa que en ocasiones tenga duda o temor, pero nunca pensará que puede ser salvo de otra manera, si no es por Cristo. Si se le dice a un nuevo creyente que si está dispuesto a confiar en alguna medida en su propia justicia, en su bondad, en sus propios esfuerzos o en otro mediador que no sea Cristo para su salvación, vea su reacción. El cristiano genuino no confía en ningún otro mediador humano, en ninguna iglesia, en ningún mérito propio o adicional, solamente en Jesús, y se abraza a la cruz con todas sus fuerzas para ser salvo. ¿Has nacido de nuevo?
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El que ha nacido de nuevo practica la justicia (1 Juan 2:29): “Todo aquel que hace justicia, es nacido de Dios” (I Juan 2:29) Un nacido de nuevo es una persona santa, apartada para Dios, se propone vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, para hacer todo lo que a Él le agrada y evitar lo que Él aborrece, es la naturaleza del nuevo hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. El Cristiano se conforma constantemente a Cristo, mirando su ejemplo, no sólo se goza en su salvación, sino que procura cumplir sus mandamientos, aunque sigue consciente de su condición humana que es opuesta a amar a Dios, no se da por vencido, no cede a la presión, se viste del nuevo hombre, busca la santidad dependiendo de la gracia dada y del Espíritu Santo. Al final ouede decir como John Newton: “Yo no soy lo que quiero ser, No soy lo que espero ser en el otro mundo, pero tampoco soy lo que una vez fui, y por la gracia de Dios, soy lo que soy”. ¿Has nacido de nuevo?
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El que ha nacido de nuevo ama a otros cristianos (1 Juan 3:14): “Sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos” Es una marca muy apreciable en un nacido de nuevo, ama al pueblo de Dios. El que ha nacido de nuevo vela por el bienestar de las ovejas de Cristo. En efecto tiene un amor general por todas las personas, pero en particular por los que comparten la misma fe en Jesús. El cristiano siente que no hay mejor compañía que la de sus hermanos en la fe, los siente parte de su misma familia, son sus compañeros de batalla, juntos luchan contra el mismo enemigo. Son sus compañeros de viaje, ellos lo entienden y él los entiende. No importa las diferencias de edad, posición económica, social, académica y estado de salud, todos son hijos del mismo Padre celestial y eso los une. ¿Has nacido de nuevo?
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Un nacido de nuevo no vive conforme a este mundo (1 Juan 4:4): “Todo el que es nacido de Dios, vence al mundo” El nacido de nuevo no anda conforme la corriente de este mundo (Efesios 2:2), ni se conforman a este siglo (Romanos 12), no se rige por el estándar del bien o el mal de este mundo, no le preocupa nadar contra la corriente aún si esto significa vivir en contra de la opinión popular. Las cosas que le causan placer a este mundo, a él no le causan placer, de hecho los pone en lugar correcto: son pasajeros y sin valor eterno. El cristiano genuino prefiere la gloria de Dios antes que la suya. Se preocupa más por no ofender a Dios que por no ofender al mundo por no seguirlos como borrego. ¿Has nacido de nuevo?
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El que ha nacido de nuevo busca la santidad (1 Juan 5:18): “El que ha nacido de Dios, se purifica a sí mismo” Un nacido de nuevo se preocupa por su propia alma, se cuida no sólo del pecado sino de aquello que conduce al pecado. Se cuida de lo que ve, de las amistades, porque conoce la influencia que pueden tener en su vida. El nacido de nuevo ve diferente el uso de su tiempo; ahora desea aprovecharlo y usarlo sabiamente para la gloria de Dios, invierte más tiempo en la lectura de la Palabra, en la oración, la realidad espiritual tiene un peso genuino en su vida, se convierte en el lente para ver cada situación, desea vivir como un soldado en un país enemigo, siempre con su armadura puesta y preparado para la tentación, no vivir como un turista descuidado. ¿Has nacido de nuevo
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Estas son las principales evidencias de un nacido de nuevo, de un cristiano genuino, la Biblia habla de que nos examinemos a nosotros mismos, “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?” sólo lo podremos hacer por la misma Palabra, eso es lo que hicimos hoy, Dios ya comenzó la conversación, ya nos ha hablado Dios hoy, aunque el nuevo nacimiento es obra solamente de Dios y por su iniciativa, el que estés aquí hoy muestra el plan de Dios para tu vida, ya escuchaste la Palabra, la fuente de la regeneración, puedes orar a Dios, pídele que te salve, que te haga nacer de nuevo, el que pesca sabe que no puede controlar el si va a ver viento o no, pero él se sube a su barco y levanta sus velas. La Palabra dice en Mateo 7:7, Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Si crees en Cristo, clama, ora, el hará. Clama por un despertar en tu corazón, si lo haces, es porque el Espíritu Santo lo está poniendo en ti.
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Si has nacido de nuevo, escucha el llamado a vestirte del nuevo hombre, en Efesios 4:17-25:
Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.
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Ahora que has visto la verdad, la importancia de la Palabra como fuente de regeneración y santidad, es la que te viste del nuevo hombre con la influencia del Espíritu Santo que mora en ti, ora a Dios, cambia tus prioridades comienza a amar la Palabra, a ser confrontado por la verdad, a ser transformado por ella.
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Basado en un mensaje de J.C. Ryle
Por Jorge Franco
Serie / El nuevo nacimiento
Evidencias del nuevo nacimiento
