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la batalla de afectos

Mensaje / Vida Cristiana

El día de hoy Dios puso en mi corazón hablarles de cómo debe lucir la fe de un cristiano. Actualmente es muy común encontrar cristianos que batallan para mantener su confianza en Dios, que están realizando un gran esfuerzo para mantener su vida espiritual y también otros por así decirlo batallan para ver a Dios atractivo. 

 

Nos es muy difícil ver que como humanos nos encontramos en lo que yo llamo una batalla de afectos. Cada vez que hablas con un creyente que está batallando en su fe o que no está experimentando el gozo que viene por la fe en Cristo, el común denominador es que siempre hay muchas cosas que le roban la atención de Dios, es decir, cosas o actividades que a simple vista tienen más brillo y más valía que Dios. Si tú preguntas al creyente ¿Qué es lo más importante en su vida?, te responderá la respuesta que quieres escuchar: "Hermano, me ofende, obviamente Dios", pero de manera práctica, sus afectos morderán "el anzuelo de lo que su corazón reconoce como valioso"

 

Antes de continuar con el tema de la fe y de los afectos, quiero tocar un punto importante, hablaré de lo que es un ídolo, un ídolo por definición es un dios falso, dios sustituto o un dios impostor, o un dios patito, que ofrece esperanza o recompensa pero que al final deja un sabor amargo y decepción. 

 

El primer mandamiento en Éxodo 20 dice: 

2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

3 No tendrás dioses ajenos (ídolos) delante de mí.

4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra (ídolos).

5 No te inclinarás a ellas (ídolos), ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

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A lo mejor nos hemos quedado con la idea de que ídolos, se refiere a las representaciones físicas que los pueblos antiguos construían de diferentes tipos de materiales, pero en el contexto de lo que Dios mismo habló, ídolo es todo aquello que ocupa el lugar de Dios en mi vida para mi deleite, satisfacción e identidad.

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Dios originalmente nos creó de la nada, a su imagen y semejanza para su gloria, es decir para que le mostráramos a los demás cómo es Él, pero también para disfrutar de Él, si, para disfrutar de Él, es decir que Él fuera nuestro deleite, nuestra satisfacción y nuestra identidad. 

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Es por eso que el ser humano no ha cambiado, sigue habiendo una sed en el ser humano por la búsqueda de estas tres cosas, pero hay un gran problema, el pecado, que como ya sabemos distorsionó y separó al hombre de Dios, y el pecado lleva al hombre a violar el primer mandamiento, "No tendrás dioses ajenos delante de mí", y llena su sed de deleite, satisfacción e identidad en ídolos, ahora tal vez no en imágenes fabricadas, pero se inclina hacia sus bienes materiales, su logros laborales, sus hobbies, su razonamiento inflado, etc. la lista sería interminable. Juan Calvino escribió que "el corazón del hombre es una fábrica de ídolos".

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Hermanos, esta es nuestra naturaleza y debemos saber que como cristianos siempre estaremos en esta batalla de afectos, contra ídolos o dioses falsos que nos prometerán satisfacer lo que Dios sólo puede hacer.

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Entonces regresando al comentario inicial, ¿Por qué vemos a tantos cristianos con una "gran batalla" de amar a Dios? ¿Que no se supone que no hay nadie como Dios en hermosura y grandeza, en sabiduría y en bondad, en fidelidad y en misericordia? La respuesta obviamente está en los afectos del creyente y también en que hemos reducido a Dios con actividades, como ir a la iglesia, orar, leer la Biblia, servir en algún ministerio, no me malentienda, esto es necesario para disfrutar a Dios, pero no son Dios. Si un cristiano piensa que las actividades mencionadas anteriormente es Dios, puede verse frustrado y el mundo le abrirá un catálogo con actividades más atrayentes, pero jamás te podrá mostrar a Dios mismo, porque no sería capaz de describirlo o simularlo. Si algo debe cambiar en el corazón del cristiano es la fórmula Dios = Actividades.

 

Podemos encontrar claramente los que trato de explicar en Juan 6:28-29 

 

 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

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Los judíos le preguntaron a Jesús, ¿Qué debemos hacer? (Actividades u obras) y Jesús les responde que creer en Él. 

 

Esto quiere decir que la principal obra o actividad de todo creyente es creer en Cristo, no hace click a la primera, pero así es, la primer obra, es depositar toda mi confianza en Cristo, es decir que Él sea lo más importante en mi vida. ¿Te fijas que encaja perfectamente con el primer mandamiento? Los otros 9 hablan de hacer y el primero habla acerca de fe.

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Entonces, creer en Él, según lo que hemos estado viendo, es identificar si hay algo en nuestras vidas (ídolo) en el cual me estoy apoyando para mi deleite, satisfacción e identidad que no sea Cristo y entonces arrepentirme y depositar toda mi confianza en Él. John Piper escribe: Tener fe no es sólo una acuerdo de hechos en nuestra mente; es un apetito del corazón que se adhiere a Jesús para su satisfacción. Las palabras "¡El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed!" nos dicen que creer en Jesús significa experimentarlo como la satisfacción a la sed de mi alma y al hambre de mi corazón. La fe es experimentar contentamiento en Jesús. La batalla de la fe es la lucha por mantener ese contentamiento y mis afectos en Cristo—creer sinceramente, y continuar creyendo, que él suplirá todos y cada uno de nuestros deseos.

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El problema es que hemos vivido tanto con nuestros ídolos que Cristo es una luz tenue para muchos, el día de hoy quiero llevarte a algunas realidades que Cristo habló de sí mismo, que si hoy el Espíritu Santo te las ilumina, tus ídolos quedarán al descubierto y quedarán reducidos a nada ante la belleza de Jesús.

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Hablaremos de manera de resumen de los "Yo Soy" de Jesús, que al mirarlos, cualquier ídolo de tu corazón quedará desarmado, mi oración es que tú y yo podamos ver a Cristo y podamos depositar nuestra fe en Él.

 

  1. Yo soy el pan de vida y verdadera bebida (Juan 6:35) (El mundo no satisface nuestra necesidad de aceptación e identidad) John Piper escribió: Los placeres del pan caliente, debieran enviar nuestros sentidos y nuestros espíritus hacia Cristo como el pan de vida. Los placeres del agua viva cuando estamos sofocados y sedientos, debieran enviar nuestros sentidos y nuestros espíritus hacia Cristo como el agua viva. Ello no significa que el hambre y la sed en nuestras almas desaparezcan cada día. Significa que ahora sabemos su naturaleza. Ahora sabemos a dónde acudir. Ahora sabemos qué beber y qué comer. Bebemos completamente a Jesús. Ingerimos la gloria de Jesús. Y en él hay reservas inagotables. Para esto es que fuimos hechos. Los demás tesoros, los demás placeres señalan a éste. Jesús es el fin de cada anhelo, el fin que satisface todo.

  2. Yo soy la luz del mundo: El mundo es tinieblas, hay mucha confusión, si va a haber una luz para el mundo, será Jesús, es Jesús o las tinieblas, no hay una tercera opción. Todo intento del hombre por ser feliz o tener propósito son cerillos o linternas. Él nos mostrará a los ídolos y al pecado como algo feo y extraño, estos perderán su fuerza en nuestras vidas. Su luz iluminara y nos mostrará la belleza real de su gracia y de su amor. También John Piper escribió: Los placeres de la luz haciendo visibles todas las demás bellezas naturales, debieran enviar nuestros sentidos y nuestros espíritus hacia Cristo como la verdadera luz del mundo.

  3. Yo soy la puerta (Ninguna opción en el mundo te lleva a conocer a Dios y a la vida eterna) Tenemos la seguridad, del que por Él entrare, será salvo. Muchos viven esperando que se les abran puertas, cuando ya se les ha abierto la puerta que satisface totalmente nuestras vidas conocer a Dios por medio de Cristo, el cual es la puerta.

  4. Yo soy el buen pastor (En el mundo hay muchos guías, pero nadie te puede guiar más allá de la muerte) Tus [idolos podr[an guiarte temporalmente, pero jamas te podrán guiar a Dios, y cuando enfrentes el momento de tu partida de este mundo te dejarán sólo, sólo Jesús te "Guiará por el valle de sombra y de muerte y no temerás mal alguno". Hay una  letra de Fermín IV que me gusta mucho: ¿Quién te lleva, quién te guía, quién te pastorea en esta vida? Asegúrate que te lleve más allá de la muerte, más alla de la muerte...

  5. Yo soy la resurrección y la vida (El fruto de este mundo es muerte, sólo en Jesús hay vida eterna), nos ha hecho libre de la condenación y esclavitud del pecado, para poder desde aquí, disfrutar de una relación con Él, y en el tiempo postrer estar siempre a su lado. ¡No moriremos jamás! Pablo dice en 2 Corintios 5:1-5:  5 Pues sabemos que, cuando se desarme esta carpa terrenal en la cual vivimos (es decir, cuando muramos y dejemos este cuerpo terrenal), tendremos una casa en el cielo, un cuerpo eterno hecho para nosotros por Dios mismo y no por manos humanas. 2 Nos fatigamos en nuestro cuerpo actual y anhelamos ponernos nuestro cuerpo celestial como si fuera ropa nueva. 3 Pues nos vestiremos con un cuerpo celestial; no seremos espíritus sin cuerpo.[a] 4 Mientras vivimos en este cuerpo terrenal, gemimos y suspiramos, pero no es que queramos morir y deshacernos de este cuerpo que nos viste. Más bien, queremos ponernos nuestro cuerpo nuevo para que este cuerpo que muere sea consumido por la vida. 5 Dios mismo nos ha preparado para esto, y como garantía nos ha dado su Espíritu Santo.

  6. Yo soy el camino, la verdad y la vida (En el mundo hay muchos caminos hacia la espiritualidad, pero sólo Jesús te puede llevar al Padre) Para llegar al  Padre, no alcanza un sistema religioso, no es en base a nuestras propias obras, no es algo que ganamos, es una persona, es Cristo, Él es nuestro camino y también nuestro objetivo, Tenemos un Salvador real, podemos sostenernos en este mundo de verdades relativas que andan buscando ese  "algo", nosotros ya lo encontramos ¿Jesús es la cúpide de todos tus anhelos?

  7. Yo soy la vid verdadera (El fruto de la vid de este mundo no glorifica a Dios) Con este Yo Soy cierro el mensaje, si ustedes se fijan, cuando Cristo habló de la vid verdadera, el mensaje fue claro, Yo soy la vid y ustedes las ramas, separados de mí nada podeis hacer. La palabra que más se repitió en este capítulo fue "permanezcan en mi" ¿No les suena? Jesús no les estaba diciendo a sus discípulos, "por lo que más quieran, ya hagan algo". él llamado fue a permanecer en Él. Las ramas toman la vida de la vid, así el creyente toma la vida de Cristo, su identidad, su deleite, su satisfacción y seguridad provienen de Él. Este es el llamado de Cristo, que permanezcamos en Él, que creamos en Él. Si hay una vid verdadera, entonces habrá vides falsas, estas vides son los ídolos y su fruto será muerte, el fruto de estas vides no glorifican a Dios. 

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¿Viste todo lo que Cristo es? ¿Viste? ¿Atrajo hoy tus afectos? Corre a Él, ve a que te ilumine, te sacie, a que sea tu salvador, corre a la fuente inagotable de satisfacción, deleite, seguridad e identidad. Corre a que tus ídolos sean descubiertos y desenmascarados como cuando te das cuenta de que una de tus joyas era de plástico, o que tu carro del año es un montón de metal procesado o que tu casa donde vives es tierra procesada o que tu título universitario jamás te hará más sabio que Dios. Y que puedas arrepentirte y voltear tus ojos a aquel que si merece la gloria y la honra y que te inclines ante Él.

 

Que hoy podamos arrojar nuestras coronas ante Cristo, que hoy tu corazón encuentre reposo, que hoy su paz te inunde.

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