Continuamos con el tema de la semana pasada, habiamos visto que el fruto del evangelio en mi vida (al recibir la gracia de Dios para ser libre del pecado) es la santificación. J.C. Ryle dijo que "La santidad es el resultado inevitable de la conversión verdadera", es decir, comienzo a ser transformado, hay una renovación en mi vida a través de la palabra y del poder del Espíritu Santo. En romanos 6:15-19 dice:
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
Nos habla de lo que el Evangelio a hecho en nuestras vidas, que antes éramos esclavos del pecado, obedecíamos aquella forma de doctrina (el pecado era la perspectiva o el mapa con el que nos dirijíamos en la vida), el pecado era nuestro maestro, nuestro dueño, pero ahora hemos sido libertados del pecado, la belleza de nuestra nueva situación es esta: que ahora somos libres del pecado, somos libres para sevir a un maestro diferente, para servir a Dios, para mostrar su justicia.
Para que no les cueste entender esto, dijo Pablo, se los explico con palabras sencillas, miren, de la misma manera que dieron sus cuerpos como esclavos a una vida corrupta y desenfrenada (en todos los sentidos) y sus vidas iban más y más profundo en ser indomables. Ahora consagren sus miembros para servir a Dios encontrándose ahora más y más profundo en una vida santa.
El punto aquí es que hemos sido rescatados para servir, para realmente servir, antes el centro de atención eramos nostros mismos, vivíamos vidas donde todo giraba en torno a nosotros; si algo hizo el evangelio fue hacernos libres de nosotros mismos, que hermoso que ahora ya no tenemos la batalla de ser nosotros mismos, que ahora somos libres para ser como Cristo. Ahora lo podemos servir a Él.
Hay una tendencia de hacer del Evangelio algo privado, de usar los beneficios que nos da el Evangelio sólo de una manera personal e interna, lo vemos como Mi salvación, Mi gozo, Mi transformación, Mi crecimiento, y sí en verdad el Evangelio es personal e interno , pero como ya vimos anteriormente, es más que eso, en el libro "una vida centrada en el Evangelio" dice: cuando la gracia de Dios obra en nosotros, también obrará a través de nosotros, al irse renovando nuestras mentes y corazones crea una propulsión externa, como un cohete lanzado al espacio, el Evangelio nos impulsa hacia afuera en amor y servicio hacia los demás. Es decir el Evangelio no es sólo la respuesta a tus pecados, a tus problemas internos y a los ídolos de tu corazón. También es la respuesta a tu fracaso de amar a otros, a comprometerte por tu comunidad y a vivir misionalmente.
Una de las razones por las que el Evangelio te impulsa hacia afuera es porque es el "Evangelio del reino", en Mateo 9:35 dice:
Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Y si es el Evangelio del del reino de Dios, no es personal ni mucho menos privado; cuando Jesús nos enseño a orar "Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo! (Mateo 6:10). En realidad estamos pidiendo para que Dios reine en los corazones de la gente (internamente) y también para que su voluntad sea hecha en todas partes tal como se hace en el cielo (externamente).
En 1 Pedro 2:9-10 vemos que se expresa en cierta manera lo que vimos en Romanos 6,
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
El apóstol Pedro, dice a los creyentes que ahora somos, de Él, que Él nos adquirió, Él nos llamó a su luz admirable, como habíamos visto anteriormente, antes éramos esclavos del pecado, andábamos en profundas tinieblas (como dice en otra porción de las escrituras, teníamos el entendimiento entenebrecido), ahora somos de Él, para anunciar sus virtudes, para mostrar a otros su bondad, para que otros glorifiquen a Dios al ver como vivimos, que puedan ver como es Dios a través de nuestras vidas, la única manera es extendiendo la mano cómo Dios la extendió a nosotros, sirviéndolos como Dios sirve.
Como parentesis, en el versículo 10, dice que ahora somos pueblo de Él como un resultado de misericordia o un acto de amor de Dios, dice que que hemos alcanzado misericordia, aquí hay un contraste que me gustaría que vieramos, ¿En que situación alguien pide misericordia por su vida? Me imagino que cuando está en una situación de vida o muerte, cuando vive una vida insoportable, cuando ya no se tiene fuerza, cuando ha visto que no hay otra salida para su situación. Necesitamos darnos cuenta, que al vivir sin Cristo, viviendo para nosotros mismos, esclavos del pecado, a lo mejor nosotros lo mirabamos como normal, como que estabamos bien, ¿Pero como lo ve Dios? nos ve muy necesitados, nos ve en tinieblas, nos ve que el fin hacia donde vamos es muerte, nos ve privados de su luz admirable, sin propósito, por eso al alumbrarnos la luz de su Evangelio, hemos alcanzado misericordia, Él tuvo misericordia de nosotros, ahora Él nos ha hecho partícipes de su luz admirable, vivir para Él es muestra de su grande amor.
Al escuchar la Palabra y al recibirla en mi corazón yo comienzo a conocer a Dios y ser transformado por Él, comienzo a mostrar su caracter, comienzo a buscar oportunidades para servir a otros, experimento que cada vez voy muriendo a mí mismo y a experimentar gozo mientras veo a Dios trabajar en mí.
Hermanos hacia allá vamos, oremos esto, es mi oración que seamos transformados por el evangelio y experimentemos este cambio personal e interno, pero que cada uno de nosotros seamos impulsados hacia afuera, sirviendo a Dios, amando a otros, sirviéndonos los unos a los otros.
Si hemos de anunciar las virtudes de Dios, tenemos que conocer sus virtudes ¿Están de acuerdo? Es por esto que leemos la Palabra, es por esto que la estudiamos, Él nos llamó a su luz admirable, es decir que cada uno de nosotros ha sido encandilado por Él y ahora vamos a un pueblo en tinieblas y les decimos acerca de la luz que hemos visto y que vivimos y que servimos a otro Señor, que irónicamente al ser sus esclavos somos libres, y buscamos día a día mostrar cómo es Él,
¿Como quedaremos encándilados o conoceremos su luz admirable? Sumergiéndonos en la luz admirable de su Palabra, por eso oramos que el Espíritu Santo alumbre nuestro entendimiento, sólo la Palabra hará que veamos la luz admirable, nos atrapará en su amor, transformará nuestro carácter como el suyo. Corre, no estés preso en las tinieblas, corre a Cristo, a su luz, corre a ser conformado a Él, hemos alcanzado misericordia.
Líder plantador de Comunidades Sigue a Jesús
Por Jorge Franco

